
Un informe sobre la importancia del manejo reproductivo en las llamas, elaborado por las especialistas María Ignacia Carretero y Susana María Giuliano, anticipa las Jornadas de Camélidos Sudamericanos que se realizarán el 2, 3 y 4 de octubre en la Finca y la Estancia El Pichanal, en Santa María, Catamarca.
Las expertas destacaron que «el desarrollo de una ganadería sustentable de las llamas puede significar un factor de desarrollo para productores tanto alto andinos como de extra puna, ya que existe una creciente demanda por consumir carne de animales que fueron alimentados por pastizales y aguas naturales».
«Los productos cárnicos de las llamas poseen excelentes propiedades nutricionales, bajo colesterol y elevados niveles de proteínas», indicaron.
En el informe precisaron que «esto, combinado con el menor impacto ambiental de los camélidos en comparación con el ganado tradicional, cumple con el perfil de los consumidores conscientes del medio ambiente y la salud».


Informe completo
El desarrollo de una ganadería sustentable de las llamas puede significar un factor de desarrollo para productores tanto alto andinos como de extra puna, ya que existe una creciente demanda por consumir carne de animales que fueron alimentados por pastizales y aguas naturales. Los productos cárnicos de las llamas poseen excelentes propiedades nutricionales, bajo colesterol y elevados niveles de proteínas. Esto, combinado con el menor impacto ambiental de los camélidos en comparación con el ganado tradicional, cumple con el perfil de los consumidores conscientes del medio ambiente y la salud. El contenido de proteínas de la carne de llama es mayor a la de otras especies, siendo de 24 g por cada 100 g de carne. A su vez posee una proporción de grasa menor a las de las especies ganaderas tradicionales, siendo de 1,6 g por cada 100 g de carne (5,6). Asimismo, el contenido de colesterol de la carne de llamas es bajo (0.51 g/kg). Para lograr una producción sustentable de carne de llama es necesario realizar un manejo reproductivo que permita obtener animales con buena calidad genética para las características cárnicas deseables para el consumidor. Con este fin es imprescindible realizar ciertas actividades. En primera instancia hay que identificar a los animales por sexo, edad, estadío reproductivo (hembras primerizas; hembras vacías o preñadas con o sin cría al pie, machos reproductores y machos castrados. Una vez identificados a los animales hay que formar grupos con ellos para realidad un correcto manejo sanitario y también de nutrición, ya que esta varía según las necesidades fisiológicas que presenten. El registro es de suma importancia, no solo para dividir a los animales según su categoría sino también para poder identificar su genealogía y también para poder hacer un seguimiento de sus crías y de su expresión genética y así poder elegir a los mejores reproductores (hembras y machos). Con respecto al servicio, este puede ser por monta natural en donde los machos y hembras están juntos sin ningún tipo de control. Este tipo de empadre está totalmente contraindicado si se quiere hacer un manejo sustentable y una mejora genética del rebaño. Este sistema no permite saber la genealogía de la cría, prever que los nacimientos estén agrupados en los meses de mayor alimento y de hacer un buen manejo de las hembras. Asimismo pueden producirse mortandad de crías recién nacidas debido al comportamiento de los machos al montar a sus madres. Por otra parte, en el servicio controlado, en el cual se elige que macho monta a que hembra, se eligen los mejores meses para realizarlo, previendo que las crías nazcan en los meses de mejor temperatura y disponibilidad de pastos. Consecuentemente, se puede registrar las hembras y machos utilizados y asi poder análisis de progenie. Y también se puede registrar la fecha del servicio para predecir las futuras pariciones. Además, de esta manera se pueden agrupar a las hembras según los recursos físicos y humanos disponibles para manejar el rebaño. Por lo tanto pueden existir diferentes variantes una de ellas es manejar a las hembras en dos grupos diferentes. El primer grupo se forma con las hembras preñadas junto con las recién paridas. El segundo grupo se forma con las hembras vacías de la campaña anterior más aquellas hembras jóvenes ya aptas para el empadre. Este segundo grupo va recibiendo servicio de forma individual. De esta forma se evita también las muertes de crías durante la parición debido a la presencia de los machos.
En conclusión: es necesario para poder tener animales de buena calidad genética y mejores porcentajes de preñez y de crías vivas realizar, además de un buen plan sanitario y nutricional realizar un buen manejo de manejo productivo del mismo.