
En la previa a las Jornadas de Camélidos Sudamericanos, que se realizarán el 2 y 3 de octubre en la Finca y la Estancia el Pichanal, en Santa María Catamarca, la doctora Mónica O. Jacobsen hizo referencia a la Sarcocistiosis, a través de sus avances recientes y el desafío del control.
Jacobsen es integrante del Instituto de Patobiología Veterinaria, del Centro de Investigaciones en Ciencias Veterinarias y Agronómicas, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Consejo Nacional de Investigaciones Cientificas y Tecnicas (CONICET).
La experta sostuvo que la Sarcocistiosis «es una enfermedad parasitaria causada por protozoos del género Sarcocystis, que afecta a numerosas especies animales».
Jacobsen explicó que «esta infección se caracteriza por la formación de estructuras llamadas sarcoquistes, que se localizan generalmente dentro de las fibras musculares».
«Los sarcoquistes pueden ser microscópicos o alcanzar un tamaño visible a simple vista, dependiendo de la especie del parásito», precisó.
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La sarcocistiosis es una enfermedad parasitaria causada por protozoos del género Sarcocystis, que afecta a numerosas especies animales. Esta infección se caracteriza por la formación de estructuras llamadas sarcoquistes, que se localizan generalmente dentro de las fibras musculares. Los sarcoquistes pueden ser microscópicos o alcanzar un tamaño visible a simple vista, dependiendo de la especie del parásito.
El ciclo de vida del parásito es complejo e involucra dos hospedadores: un carnívoro como hospedador definitivo, en cuyo intestino ocurren las etapas sexuales, y un herbívoro como hospedador intermediario, donde se desarrollan los sarcoquistes. La infección del hospedador intermediario ocurre por la ingestión de pastos o agua contaminados con ooquistes o esporoquistes eliminados en las heces del hospedador definitivo. Una vez dentro del organismo, los parásitos atraviesan la pared intestinal y se diseminan por el torrente sanguíneo, invadiendo diversas células, hasta llegar al tejido blanco final, donde forman los sarcoquistes.
Los camélidos sudamericanos (CS) son hospedadores intermediarios de dos especies de Sarcocystis: Sarcocystis aucheniae, responsable de la formación de sarcoquistes macroscópicos en el músculo esquelético, y Sarcocystis masoni, que genera sarcoquiistes microscópicos en las fibras de músculo cardíaco y esquelético. Ambas especies han sido confirmadas en llamas, alpacas y guanacos, con distribución geográfica en la región andina y en poblaciones introducidas en otros continentes. Recientemente, asimismo, se confirmó la infección de vicuñas por S. aucheniae.
Aunque en general las infecciones son asintomáticas, existen reportes de casos clínicos en alpacas con signos como letargo, temblores musculares, dificultad respiratoria y, en situaciones extremas, muerte súbita. La enfermedad puede provocar miopatías inflamatorias y deterioro del estado general. Infecciones experimentales con altas cargas parasitarias también han demostrado que S. masoni puede inducir enfermedad aguda con anemia y hemorragias internas.
En cuanto a los hospedadores definitivos, estudios experimentales han confirmado que el perro doméstico puede completar el ciclo de vida de S. aucheniae y S. masoni. Estudios recientes han demostrado que el perro es hospedador definitivo de S. aucheniae en condiciones naturales. Esto implica que la presencia de perros en contacto con CS, especialmente si se alimentan con carne cruda, representa un factor clave en la perpetuación del ciclo parasitario. Se puede hipotetizar que cánidos silvestres como el zorro andino son también hospedadores definitivos de estos parásitos, pero esto no ha sido confirmado experimentalmente.
Uno de los desafíos más importantes es el diagnóstico. Actualmente, no existen herramientas validadas para detectar la sarcocistiosis en animales vivos. La identificación suele realizarse post mortem, mediante inspección visual de músculos para detectar sarcoquistes macroscópicos. Para los sarcoquistes microscópicos, se utilizan técnicas como digestión enzimática, histopatología o microscopía electrónica, pero su aplicación está limitada al ámbito de la investigación.
Se ha desarrollado una PCR semianidada específica para S. aucheniae que ha permitido detectar ADN parasitario en sangre de llamas y alpacas vivas. Utilizando esta herramienta se pudo demostrar que la detección de parasitemia es posible sólo durante un corto período que seguramente corresponde a las etapas iniciales de la infección, y una vez que los parásitos se han enquistado en los músculos, o no hay recirculación en la sangre o ésta ocurre con niveles de parasitemia inferiores a los limites detectables. Por estos motivos, esta prueba de PCR no es adecuada para el diagnóstico de la sarcocistiosis de CS, ya que los animales pueden estar infectados aunque no pueda detectarse al parásito en la sangre. Por otro lado, pruebas serológicas como IFAT e iELISA han demostrado altos niveles de exposición en poblaciones de llamas, pero aún falta establecer su correlación con la presencia real de sarcoquistes en la musculatura.
Desde el punto de vista epidemiológico, la sarcocistiosis tiene alta prevalencia en los CS. Factores como el tipo de manejo, la presencia de perros, y la edad de los animales influyen en la tasa de infección. Animales mayores suelen presentar más sarcoquistes, probablemente por su mayor tiempo de exposición al parásito.
La sarcocistiosis de CS causada por S. aucheniae tiene importantes implicancias económicas y sanitarias. La presencia de sarcoquistes macroscópicos en carne destinada al consumo humano puede llevar al decomiso parcial o total de la carcasa en los mataderos. Esto genera importantes pérdidas económicas para los productores y desalienta la faena formal, fomentando la matanza y comercialización informal, con sus consecuencias en términos de inocuidad alimentaria. La carne de llama y alpaca tiene un alto valor nutricional y es apreciada por consumidores exigentes. Su comercialización en mercados internacionales podría verse seriamente limitada por la presencia de sarcocistiosis. En ese sentido, el desarrollo de herramientas diagnósticas eficaces y estrategias de control, incluyendo posibles vacunas, es fundamental para proteger el valor de esta producción.
Recientes estudios de transcriptómica en S. aucheniae han identificado una serie de proteínas con potencial diagnóstico, terapéutico y vacunal. Esto abre una ventana para el desarrollo de tecnologías que permitan no solo detectar, sino también controlar la enfermedad de manera más eficaz.
En conclusión, la sarcocistiosis representa un desafío sanitario, productivo y comercial para las poblaciones que dependen de los CS. A pesar de ser una enfermedad conocida desde hace más de un siglo, muchos aspectos de su biología, patogenia y control aún requieren investigación. Mejorar el diagnóstico en animales vivos, conocer mejor la interacción parásito-hospedador, y establecer medidas de control efectivas son pasos claves para reducir su impacto en los sistemas de producción de CS y garantizar la sanidad y seguridad alimentaria en regiones donde estos animales son fundamentales.